LOS CABALLEROS LAS PREFIEREN CALVAS

Muchos de nosotros crecimos convencidos de la preferencia de los caballeros por las rubias, esta se suponía era la regla, pero no era mas que otra imposición gringa que se puso de moda gracias al cine y a la televisión, pero tan profundo fue el impacto en la psiquis de nuestra sociedad, que era común ver a las chicas de piel color canela y cabello azabache, optar por el decolorado artificial obtenido arbitrariamente con tintes y otras tretas…hoy, están llorando las consecuencias de tanta locura.

Recientemente nuestra querida Isabela, se atrevió a revelarnos un secreto a voces, algo que sospechábamos que era cierto, pero que nuestra doble moral nos impedía reconocer, aunque conociéramos a muchos practicantes de esa tendencia o simpatizáramos en algún momento con esa filosofía, el color del cabello era tema del pasado, pues hoy por hoy, los caballeros, las prefieren brutas (o que se hagan las brutas), pero eso si, que estén bien buenas, que la única neurona que les sirva, sea para examinarse en el espejo y comprobar que tan atractivas se ven. Según Isabela, la regla es clara y concisa, no importa si la señorita apenas si articula palabra, si escasamente memoriza su numero de cedula y si apenas sabe escribir su nombre, no importa, acá lo importante es que sea preciosa, voluptuosa, que este bien buena, y que despierte la envidia de los amigos cuando se sale a pasear al centro comercial.

Esta realidad sin duda se afianzo en nuestro país desde los tiempos de Pablito, porque simplemente había plata suficiente para arreglar cualquier cosa, lo que estaba caído pues se alzaba, lo que estaba plano, pues se inflaba y así era con todo, con plata en mano ¿pa que las feas?.
La demanda de este tipo de mujeres era tal, que en Colombia se dio inicio a nuevas profesiones como: la de reina de belleza, la actriz-presentadora de farándula y la de modelo prepago. Menos mal Teresa Gutiérrez (q.e.p.d.) ya tenia bien ganada su fama y su fortuna como buena actriz, porque dudo mucho que hubiese pasado el casting de protagonistas de novela o que la hubiese aceptado Raimundo en Cartagena.

Yo francamente, y así no me crean o me tilden de hipócrita, no comulgue nunca con esa moda ni tampoco contribuí a engrosar esas estadísticas, porque simplemente para mi la estupidez femenina es algo que siempre me ha causado alergia, yo me aguanto lo que sea, pero una mujer bruta es solo tolerable en una película de risa o hasta cuando me dure el esfuerzo y la emoción, si me captan el mensaje.

A mi me gustaban las “ cerebrito”, este tipo de chicas que siempre se ubicaban dentro del listado de los mejores estudiantes y a las que notábamos porque alzaban siempre el brazo en clase o cuando intentábamos copiarnos de ellas en algún examen, no se cual sea la explicación, pero la inteligencia siempre me pareció un atractivo sensual en una mujer…creo que el hecho de que me gustaran las intelectuales, se debía a una cuestión de equilibrio, de buscar un balance natural, puesto que yo no era precisamente una “lumbrera”. Y todavía me siguen gustando, y es una lastima que sean tan escasas, a estas alturas, la mayoría están casadas…situación que envidian muchas de las bonitas de hace varios años atrás.

Pero hay por ahí otra tendencia, otro grupo urbano de caballeros con una debilidad muy particular sobre las féminas, ahora además de monas y brutas, resulta también que, los caballeros las prefieren calvas. Yo no entiendo mucho esto de que los hombres cada día, en mayor numero se estén preocupando mas por la “capilaridad” femenina, si bien esto de la depilación del vello púbico es un tema viejísimo, puesto que ya era una conducta popular entre las egipcias, quienes así lograban una apariencia de inocencia, y también se practico en Grecia y en Roma en épocas del imperio, perduro y fue popular durante el renacimiento, manteniéndose hasta nuestros días, la depilación siempre fue un tema exclusivo de preocupación de la vanidad femenina.

Muchos caballeros que conozco, manifiestan cierto grado de consternación por el mantenimiento o no del “follaje” en las región noble de sus amantes, argumentan razones de higiene y de estética y defienden a capa y espada el “despeje” por cualquier medio de esta área, prefieren según ellos un “lienzo claro y limpio” donde puedan dar rienda suelta a todo su arte.
No hay que olvidar que este “ensortijado tapete”, tiene funciones corporales específicas como proteger los órganos sexuales y la diseminación de feromonas (http://gblsharing.app.aol.com/pop-up/) y es por algo que la evolución insiste en mantenerlos en su lugar.

Yo no me las voy a dar ahorita de elegante ni de radical haciendo creer a los demás que prefiero a unas sobre las otras, y menos en esta abundancia de escasez, pero si me parece poco natural, que un hombre tenga estas opiniones y estas preferencias, y mucho menos que mire con desprecio a aquellas damas que optan por la belleza natural, llegando al extremo tal de dejarlas plantadas en medio de su efervescencia cuando se percatan, según ellos, de que “la tapa del cofre” esta cubierta de una desagradable e incomoda maleza. Para mi dicho comportamiento, es solo fruto de la corrupción mental causada por tendencias metro sexuales importadas del país del norte, o es eso, o es que simplemente se las dan de higiénicos y modernos solo para engatusar mas hábilmente a aquellas que viven con la boca abierta, mirando para arriba esperando su tan anhelado “príncipe azul”.

No me alcanzo a imaginar la reacción de Napoleón quien le escribió a Josefina, tres meses antes de su llegada al castillo y después de una sangrienta batalla, que ni por equivocación se le ocurriera siquiera lavar aquellas partes, pues el solo ansiaba llegar y extasiarse sumergido en el aroma de los vapores naturales de aquello que era la musa de su amor. Donde napoleón resucite y se de cuenta que sus descendientes miran con desagrado la “suave crin” que nace entre las muslos de sus amantes, le da un ataque al pobre hombre y se vuelve a morir, al ver tanto hombre delicado.

En mi opinión el vello en una dama, no es sinónimo de desaseo, ni de falta de higiene, y mucho menos es antiestético, es mas, pienso que una mujer se ve mas femenina con su “lienzo tupido”, si ella tiene por costumbre, desbastarlo, recortarlo, peinarlo, o afeitarlo pues es su decisión y depende de sus gustos o de su comodidad, en mi opinión, la “sala de la casa” también se ve bonita con “la alfombra puesta”. No hago referencia solo al valor estético, para mi “la textura crespa” es muy importante, es un estimulante erótico que me indica que mis inquietos y ansiosos dedos se están acercando a buen puerto, son el indicador de que mis palabras y mis encantos son bien recibidos y que mi hermosa y ardiente amante al dejarme pisar “la grama de su jardín”, también esta ansiosa y gustosa de recibirme y dejarme jugar en el.

Por eso lo digo sin vergüenza alguna, si bien los caballeros las prefieren calvas, a mi… me gusta pélua.

Comentarios

  1. Buen escrito, yo también pertenezco al club de los que las prefieren cerebrito y tuve la fortuna de conseguir una de esas con el plus de bonita. Pero tambien pertenezco al club de los que las prefieren calvas o con el gramado a ras...jejeje

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  2. Si bien es cierto, los grandes pensadores de la antiguedad tuvieron que ser grandiosos para que tiempo despues sus pensamientos fueran escuchados y sus palabras no murieran en los albores del tiempo.El advenimiento de la internet ha rescatado y evitado la extinción de algunos .Bienvenido el pensamiento libre y contemporaneo ;Otrora era común en algunos circulos del pensamiento .Hoy aplaudo su manifiesta nueva presentación .Suena paradójico que suceda en la internet(lugar donde algunos hurgan ,miran marcos teóricos ,dibujos con conclusiones superfluas sin haber profundizado y aclarado por distintas fuentes que lo que ahí se escribe ,es cierto o no).Felicitaciones.Definitivamente los años hacen crecer .EL GIOGIO

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